Tras los devastadores efectos de la agresión rusa, esta escuela recibió no sólo un nuevo aspecto, sino también modernas estructuras de protección que se convirtieron en parte integrante del diseño arquitectónico.
Los acentos de color en contraste resaltan los elementos arquitectónicos individuales de la fachada, haciendo que el edificio sea reconocible y estéticamente agradable.
El acabado con materiales de alta resistencia al desgaste garantiza la durabilidad de las fachadas incluso en un clima cambiante.
La organización del espacio en torno al edificio permite el libre acceso a las entradas, los refugios y las zonas de recreo.
El diseño interior minimalista y luminoso crea una sensación de limpieza, confort y comodidad, y el uso de colores cálidos fomenta una comunicación cálida y cordial.
El espacio tiene en cuenta los principios de inclusividad y satisfará a todos los estudiantes independientemente de sus necesidades.
Un elemento importante son los marcadores táctiles en el suelo para niños con deficiencias visuales. Los marcadores en las paredes ayudan a los alumnos con discapacidades cognitivas o sensoriales a orientarse.
El espacio inclusivo del liceo está decorado con paneles ecológicos y resistentes al desgaste que proporcionan aislamiento acústico, minimizando el ruido innecesario y creando un ambiente tranquilo para los estudiantes. El suelo es de un material de alta calidad resistente a los arañazos y fácil de limpiar.