El refugio de un centro educativo, además de su función protectora directa, es un espacio en el que se respira un ambiente de seguridad, tranquilidad y confort que ayuda a reducir el nivel de estrés psicológico de todos los que se encuentran allí durante un ataque aéreo.
El refugio está pensado tanto para los estudiantes y el personal del liceo como para todo aquel que lo necesite. El albergue puede utilizarse tanto para estancias de corta como de larga duración, incluso con el proceso educativo en marcha.
El edificio está equipado con todos los sistemas de servicios necesarios: ventilación de suministro y escape, sistema interno de extinción de incendios, alumbrado de emergencia, central eléctrica diésel, radiocomunicaciones y almacenes de alimentos y agua potable.
El edificio cumple todas las normas de inclusión y es accesible para personas con movilidad reducida.
El interior del refugio está diseñado como si fuera una planta más de una escuela: con pasillos, aulas, salas de recreo, una sala para calentar y servir la comida y baños.
El sistema de navegación, además de su función directa, actúa como elemento del interior.